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Golden Week: Cuando China se detiene, la logística lo resiente

  • Alejandro Gámiz
  • 1 sept
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 7 nov

En logística hay temporadas que todos esperamos con cierto respeto. Una de ellas es la Golden Week en China.


Cada año, del 1 al 7 de octubre, el país celebra su Día Nacional. Para la mayoría de la gente en China es una semana de fiesta, viajes y familia. Para quienes dependemos del comercio internacional, es más bien un periodo de ajustes, planeación y mucha paciencia.


En Orbha hemos aprendido que la Golden Week no se siente solo en esos siete días. Las señales aparecen antes: correos de clientes pidiendo adelantar sus cargas, navieras avisando que los espacios se agotan más rápido de lo normal, y puertos que empiezan a llenarse.


Recuerdo un caso de un cliente que quería sacar un contenedor de Shanghái justo una semana antes del feriado. El espacio ya estaba sobrevendido y los costos se habían disparado. Tuvimos que movernos rápido para conseguir una alternativa en Ningbo. Al final lo logramos, pero la experiencia nos dejó claro que, en estas fechas, la anticipación no es un lujo, es una necesidad.


¿Qué pasa durante la Golden Week?

Cuando las fábricas bajan la cortina y los barcos salen llenos hasta el último espacio, comienza un efecto dominó que se siente en toda la cadena. La producción se detiene de golpe y los pedidos empiezan a acumularse. En los días previos, los exportadores trabajan a contrarreloj para sacar mercancía antes del feriado, lo que satura aún más los puertos y las rutas. Una vez que China reabre, la congestión no desaparece de inmediato: los retrasos se arrastran durante semanas, y en medio de esa presión, los precios del transporte suben como la espuma.


Lecciones que hemos aprendido

La experiencia nos ha dejado claro que el calendario no perdona: si no reservas con tiempo, el espacio simplemente desaparece. También hemos comprobado que los aliados hacen toda la diferencia; contar con agentes locales nos ha salvado más de una vez en medio del caos. En estas fechas, siempre es necesario tener un plan B, porque a veces no se trata de salir justo por el puerto que uno quiere, sino de lograr que la carga llegue a tiempo. Y quizá lo más importante: la información de primera mano es oro. Una llamada desde el puerto puede darte claridad inmediata, mientras que un correo automático tres días después ya llega demasiado tarde.


Nuestra forma de verlo

La Golden Week es un recordatorio de que la logística no es estática. Los retos aparecen, cambian y nos obligan a reaccionar. Para nosotros, es también una oportunidad de fortalecer relaciones con clientes: demostrarles que estamos atentos, que buscamos soluciones y que su carga no es “una más” en medio del caos.


Creemos que lo que marca la diferencia no es evitar la tormenta, sino saber navegarla. Y cada Golden Week nos da la oportunidad de hacerlo un poco mejor que la vez anterior.

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